Verónica Gloria Acacio Trujillo

Magistrada del Consejo de la Judicatura del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Quintana Roo

“Tenemos el ejemplo de mujeres brillantes, cuyas aportaciones han conseguido dar un giro al sistema de justicia, logrando la observancia de la perspectiva de género, como una obligación igualitaria que tienen los órganos de impartición de justicia.”

Licenciada en Derecho por la UNAM, Master en Derecho Penal Internacional por la Universidad de Granada. Participó en el caso paradigmático de Jean Succar Kuri, logrando su extradición a México para ser procesado por participar en una red internacional de pederastia y pornografía infantil. Defensora legal de la periodista Lydia Cacho, acusada por el delito de difamación, derivado de este caso se logró erradicar la figura penal de difamación en el estado. Colaboró en la XI Legislatura del Estado de Quintana Roo donde se lograron modificar las sanciones en el Código Penal por los delitos de violación, corrupción de menores y abuso sexual en menores de edad, y se incluyeron las figuras legales de hostigamiento y acoso sexual.

Los retos a los que nos enfrentamos las abogadas son la inclusión, las barreras que se presentan para ocupar cargos de liderazgo en los distintos ámbitos: político, económico, justicia, etc. Debemos ser debidamente valoradas en el ejercicio de nuestra profesión en forma más justa y equitativa ante la cultura machista predominante en la sociedad mexicana. Otro reto a vencer es que las labores domésticas no sean responsabilidad única de las mujeres, ya que se crea una doble responsabilidad no compartida de realizar las labores del hogar y trabajar sin la participación proactiva de la pareja. Las cuotas de género deben cumplir con la función de encumbrar a las abogadas que logren trascender en el ámbito en el que incursionen y no que se constituyan en un dato estadístico más, es decir, que dicha representación realmente sea un área de oportunidad y desarrollo y no un simple formalismo político en el que se condicionen estas posiciones. 

Podemos desempeñar un papel más protagónico en el quehacer jurídico aportando empatía en la teoría y la práctica dentro de la profesión y dignificarla. Como mujeres debemos tener un papel en igualdad de condiciones a las de los hombres en la toma de decisiones relevantes de la vida jurídica. Tenemos el ejemplo de mujeres brillantes, de conocimiento extraordinario, cuyas aportaciones han conseguido dar un giro al sistema de justicia, logrando la observancia de la perspectiva de género, no como un tema de moda, sino como una obligación igualitaria que tienen los órganos de impartición de justicia. ¡Valorémonos más como profesionales del Derecho!, sin juzgarnos, ser proactivas y sororas. Es necesario continuar luchando para que se nos reconozca en esta gran profesión de la abogacía, porque sin duda las mujeres contamos con toda la capacidad y experiencia para enfrentar cualquier reto que se nos presente.